miércoles, 22 de agosto de 2012

THRILLER... escribir un


Ni se me pasó por la cabeza que apenas una decena de jornadas de agosto, en teoría vacacionales y carentes de programa específico, dieran tanto de sí. 
Sorpresas variadas: unas desagradables, otras tristes y las demás gratificantes. Así pues ha habido desde un derrame articular de rodilla que me tuvo unos días clavada hasta un fallecimiento súbito en Barcelona que me catapultó a Sancho de Ávila y, en el reverso de la medalla: la confirmación de que la aseguradora me resarcirá por el siniestro doméstico y el descubrimiento de André Jute este mismo lunes. De lo bueno, ésto es lo interesante.

El asunto fue de la manera más tonta, como casi siempre. Para hacer tiempo porque mi tren iba a tardar aún hora larga en salir, me metí en la Casa del Libro y empecé a merodear por los pasillos, gozosa de hallarlos prácticamente desiertos. Removiendo el contenido de unos estantes, me tropecé con un manual: “Escribir un thriller”. Autor: André Jute. Eché un vistazo al índice y lo compré. Ando casi por la mitad y ¡encantada de la vida! Y me pregunto: ¿cómo es posible que no hubieras dado con este hombre hasta hoy? ¿Cómo te explicas que nadie te haya hablado de él?

Escribidor de thrillers, este autor anda lejos de lo pomposo, se abstiene de pontificar y va a lo claro, concreto y conciso. “Si puedes decirlo en una frase, no emplees dos”, dice la máxima, y a fe que el hombre —muy al contrario de lo que constituye mi peor vicio— la observa al pie de la letra.

Acabo de fisgonear en la red y he hallado lo siguiente:

André Jute (1945 Oudtshoorn, South Africa) fue educado en Australia, Sudáfrica y los Estados Unidos. Ha sido un oficial de inteligencia, piloto de carreras, ejecutivo de publicidad, consultores de gestión, la realización de crítico de arte y jugador profesional. Sus pasatiempos incluyen Bentleys de edad, la música clásica (en la que escribe una columna semanal sindicada), el ciclismo, el senderismo, la cocina y el vino. Diseña y construye su propio tubo (válvula) amplificadores de audio.Jute está casado con Rosalind Dolor Hayman y tienen un hijo. Ellos viven en una colina sobre un río de salmones en el condado de Cork, Irlanda. Hay alrededor de 300 ediciones de sus libros en Inglés y una docena de otros idiomas.
Libros
Iditarod
Stieg Larsson Man, Myth & Mistress

Novelas como Andrew McCoy
Atrocity Week
The Insurrectionist
African Revenge
Blood Ivory
Lance of God
The Meyersco Helix
Cain’s Courage
Ver Biografias10.com
Un hombre que ha desempeñado oficios tan dispares, que ha vivido en países diversos, amante de la cocina y el vino, que hace senderismo, que escribe y que tiene la casa en una colina sobre un río salmonero... oigan ¡¡me tenía que gustar por fuerza!! No podía ser de otra manera.

A todos los que como a mí les atrae dedicar un tiempo a urdir historias, les recomiendo el manual publicado en nuestro idioma en 2003. Editorial: Paidos. A los que, además, tienen gusto por el thriller, con mayor razón.

sábado, 11 de agosto de 2012

PEDAZOS DE TEXTO


“Dos pueblos, el nuevo y el viejo y patricio de casas bajas, de viviendas nobles levantadas sobre piedras sillares como un ara solis fundacional y primigenio, convivían en la ciudad encajada entre callejones y travesías marinas, malecones señoriales y viejas calles trazadas a cordel. De cuando en cuando aparecía una plaza, o una recoleta plazoleta donde un grupo de niños jugaban a la rayuela. Los nuevos edificios tenían esa palidez mortecina de la piedra picada, la plácida suavidad del cemento enfoscado de blancos impolutos, la brevedad de maderas barnizadas o el desafío de las ventanas abiertas a la hora del oreo.

Por todas partes crecían los limoneros con sus frutos permanentes. Centenares de árboles en jardines y patios, festoneando los paseos, creciendo por la ladera de la montaña. Limonero, limones perpetuos que se fundían en los árboles. A veces venían barcos que llenaban sus panzas con miles de esos frutos amarillos como las flores de los tojos, que anunciaban la primavera, o como las diminutas flores de las mimosas que levantaban tempestades doradas los días de viento que siempre traía marzo.

Un centenar de naranjos plantó mi padre en los escasos huecos que dejaban libres los limoneros. Llegaron en un barco que viajó desde Valencia y fueron creciendo con los soles de las naranjas redondos y rotundos colgando de las ramas.

El pueblo entero era de azahar. El perfume de la brisa embriagaba los sentidos todos, y fue entonces cuando mi padre tuvo la ocurrencia de rentabilizar frutos y olores, y montó para el pueblo mancomunado la primera fábrica de agua de azahar de que se tiene noticia y que supuso el principio de una prosperidad colectiva.”

Obra: "Brumario" (novela)
Autor: Ramón Pernas

VISIBILIDAD


Palabras e imágenes están indisolublemente unidas, hasta tal punto que nadie podría poner la mano en el fuego a la hora de afirmar si su pensamiento discurre en palabras o en imágenes. No en balde la figura retórica más usada en literatura es la metáfora, que no consiste sino en la transformación de un concepto (que, por su abstracción o su importancia necesitamos evidenciar) en una imagen que lo representa y al mismo tiempo lo renueva y fortalece. "La metáfora viene a ser la bomba atómica mental", dice Ortega y Gasset, y con ello hace uso a su vez de una metáfora para crear en la mente del lector una imagen que cristalice el término
Si nuestro amigo del alma nos dice "Estoy fatal", no descansaremos hasta que nos explique con más detalles a qué se refiere. Y hasta que no logremos sacarle algo similar a "Es como si me estuvieran perforando el estómago con un taladro" no estaremos en disposición de consolarle.De forma que nos movemos constantemente de la palabra a la imagen, de la imagen a la palabra, con una soltura tal que nos resulta difícil tratar a este matrimonio como entes separados. Ni falta que hace, pues si llamas a una se trae a la otra de la mano, y viceversa.

Fuente: Escuela de Escritores

viernes, 10 de agosto de 2012

PASEO SOBRE PAPEL



PASEO SOBRE PAPEL: 
Madrid – La Mancha – Barcelona, o viceversa

“Igual que el 221B de Baker Street, donde vivía Sherlock Holmes, no existe, pero podría haber existido -y por ello Londres se lo ha inventado, y lo ha plantado en su corazón-, en España abundan los escenarios y los héroes de ficción, en cuya compañía se puede deambular por las calles que, sobre el papel al menos, conocieron…”



LOS ESPACIOS Y SUS POSIBILIDADES SIMBÓLICAS

Éste tema, entre otros, está muy bien tratado en la obra:


Análisis e interpretación
de la novela
·         Del Prado Biezma, Javier.
·         ISBN: 9788477387060
·         Publicado 30.11.1999. Editorial Síntesis.
·         Páginas 336
·         23,50 €

El libro representa un avance significativo en los modos de analizar y estudiar una novela, pues ahonda en la visión del acto de lectura como un diálogo entre el lector y el libro, desechando el principio que considera al texto como un mero objeto. Para apoyar esta postura se proponen “cinco modos de leer un texto narrativo”, según sea dicho diálogo: lúdico, con El extraño caso del Dr. Jeckyll y Mr. Hyde de Stevenson existencial, con René de Chateaubriand histórico-social, con Ángel Guerra de Galdós erudito, con El nombre de la rosa de Eco o mediante un nuevo modo de lectura, el “temático-estructural”, ilustrado con la lectura de La leyenda de San Julián de Hospitalario de Flaubert.

Javier Del Prado Biezma es Catedrático de Literatura Francesa en la Universidad Complutense, Madrid. Énfasis: literatura comparada España-Francia.

jueves, 9 de agosto de 2012

MAMANDURRIA



Palabra poco común en mi entorno español-castellano y que yo desconocía pero cuyo significado me resultó fácil intuir en el contexto en que la presidenta de Madrid la pronunció.

Mamandurria.

Andaba yo esta mañana dándole un par de vueltas —no más porque no lo merece— a los ponzoñosos comentarios, ocasionalmente también torticeros, de una forera con la que tengo el honor de compartir profesión, que no negocios, entiéndase. Porque a mí… ¡qué quieren que les diga! cuando uno afirma públicamente cada dos por tres que siempre va de cara… mal asunto. Yo jamás he dicho tal cosa, ni se me ocurre. Y es que no hace falta. Los que me conocen saben de sobra que nunca tuve la más mínima aptitud para ingresar en el Cuerpo Diplomático. Digo lo que veo o lo que creo ver, guste más o guste menos. Lo malo es que a veces me pronuncio cuando nadie me pregunta y esto es torpe; e incluso está mal porque cada par de ojos tiene derecho a gozar de su visión particular.

Bien, hace años que la señora en cuestión se erigió en baluarte de la defensa de los intereses y derechos de quienes, como ella, nos dedicamos al mismo oficio. Constituyó la oportuna asociación, y como tal, se hizo acreedora de subvenciones públicas. Paralelamente, desempeñando una ocupación en un organismo público con remuneración con cargo a los presupuestos también, claro está.

Lo lícito y digno del “modus vivendi” no se pone en cuestión. Ni lo lícito y digno de las aspiraciones, tampoco. Es más, me consta que la mayor parte de los esfuerzos los aplica a la asociación, lo que es loable puesto que en definitiva prima lo colectivo o tal parece ya que, a pesar del escaso respaldo que recibe, lejos de descorazonarse redobla sus esfuerzos proselitistas para atraer asociados, sin demasiada fortuna vale decir.

Meritoria es su capacidad de lucha ya que batalla contra el sistema, batalla contra la falta de incondicionales y batalla contra las otras asociaciones patrias que, con objetivo similar, le hacen la competencia. La luz, por suerte, parece haberse derramado sobre todas ellas ya que acaban de erigirse en “plataforma”; que el hecho de que cada uno se empeñe en mantener su propio puesto de castañas no está reñido con la conveniencia y oportunidad de asar una mayor cantidad de ellas de una atacada.

Mamandurria… ¡es que le encuentro gracia a la palabreja!

Y, a lo que iba: la señora forista y presidenta de la asociación a la que me refiero, hoy ha tenido la ocurrencia de ponerse una flor por una actuación reivindicativa exitosa y añadir, acto seguido, que “además de trabajar sin parar (la asociación) tiene que aguantar a los que no hacen nada excepto hablar, que es gratis”.

Mi pensamiento ha articulado una respuesta y es la que sigue.

La asociación se nutre con subvenciones públicas que recibe usted, señora mía, para destinar a los fines de la asociación que usted constituyó y preside desde hace años. Se supone que es exigible dedicación por su parte sino estaríamos ante algo parecido a un fraude. Estas subvenciones le llegan porque hay quienes pagan impuestos y los impuestos los pagan quienes trabajan ejerciendo su oficio. La falta de asociados y sus correspondientes cuotas o trabajo voluntario en pro de su asociación es harina de otro costal; quizá no hay comunión de intereses.

Muchas horas, de 10 a 12 diarias, son las que tienen que dedicar a la profesión “los que no hacen nada” para poder sustentarse y para sustentar a los demás entes, asociaciones incluidas ¿comprende? Así pues, se equivoca de medio a medio. “Hablar” no es gratis, no. Cada minuto es oro ¿sabe?

En cuanto a tener que aguantar, reflexione. Casi una cuarta parte de lo que ganan los profesionales liberales lo entregan al Estado y éste presta servicios, parte y reparte. También reparte subvenciones. Dígame ¿quién aguanta a quién?