sábado, 29 de septiembre de 2012

NOVELA NEGRA Y BARCELONA


Stefanie Kremser se instaló en el barrio de Gràcia hace diez años.

Barcelona, explica, “era para mi un territorio de libertad, a medio camino entre Europa e Hispanoamérica”.
Observó la evolución de la urbe postolímpica hacia la industria del turismo masivo: “Empezó a inquietarme el mobbing inmobiliario y ver cómo las tiendas de toda la vida iban cerrando, o pasaban a manos de chinos al jubilarse sus propietarios”. En esa batalla perdida de antemano los más indefensos son los ancianos, asediados por la revalorización del metro cuadrado y los apartamentos turísticos. “Su ciudad los expulsa: parece estar hecha sólo para los jóvenes”, apunta Kremser.
Esa otra Barcelona, relegada al patio más oscuro mientras se promocionaba “la millor botiga del món”, habita en Calle de los olvidados” (Edhasa), una trama en la tradición de la novela negra con vocación de denuncia social. Barcelona, concluye Kremser, “ha vendido su alma al turismo”.

Fuente: Sergi Doria. Barcelona
(Transcripción parcial de la reseña)


martes, 25 de septiembre de 2012

RETALES DE TEXTO


“¿Os dais cuenta, amigo mío —prosiguió Derville después de una pausa—, que hay en nuestra sociedad tres hombres, el clérigo, el médico y el magistrado, que no pueden amar al mundo? Visten de negro quizá porque llevan luto de todas las virtudes, de todas las ilusiones. El más desgraciado de los tres es el abogado. Cuando el hombre va a visitar al clérigo, va impulsado por el arrepentimiento, por los remordimientos, por unas creencias que le hacen interesante, que lo engrandecen y que consuelan el espíritu del mediador, cuya labor no deja de estar acompañada de una especie de gozo. Pero nosotros, los abogados, vemos repetirse los mismos sentimientos perversos; nada los corrige. Nuestros despachos son cloacas que nosotros no podemos limpiar. ¡Cuántas cosas no habré aprendido en el ejercicio de mi profesión! ¡He visto morir a un padre en una buhardilla, sin un sueldo ni una malla, abandonado por sus dos hijas a quienes les había traspasado cuarenta mil libras de renta! He visto quemar testamentos; he visto madres despojando a sus hijos de todo; maridos robando a sus mujeres; mujeres matando a sus maridos, aprovechándose del amor que les han inspirado para volverlos locos o imbéciles a fin de vivir tranquilamente con un amante. No puedo deciros todo lo que he visto ya que he visto crímenes contra los que la justicia es impotente. En fin, todos los horrores que los novelistas creen inventar están siempre por debajo de la verdad. Ya conoceréis cosas bellas. Yo me voy a vivir al campo con mi mujer. París me produce horror.”

“EL CORONEL CHABERT”
H. de BALZAC

miércoles, 19 de septiembre de 2012

DOSTOYEVSKI visto por ZWEIG

Hablemos de personajes.

Ciertamente el comentario y la reseña de hoy tiene algo de interesado. Es para apuntalar lo que se me habrá oído decir más de una vez: para los novelistas o aspirantes a ello, el gran escritor ruso es un referente ineludible. De las menciones que innumerables escritores de primera fila contemporáneos hacen de mi autor predilecto, he elegido a este prestigioso autor vienés.

Empecemos.

Los personajes de DOSTOYEVSKI se rigen fundamentalmente por las ideas, no tanto por imperativos biológicos o sociales; encarnan valores espirituales que son, por definición, intemporales.

Véase cómo se pronuncia Stefan ZWEIG (1881-1942) al respecto:
"Apartados del mundo por amor al mundo, irreales por pura pasión de realidad, las figuras de Dostoyevski parecen, al principio, un poco simplistas. Su marcha no es rectilínea ni persigue ningún fin visible. Estos hombres, todos adultos, todos hombres hechos, andan por el mundo a tientas como los ciegos y tienen el torpor de los borrachos. Los vemos detenerse, mirar en derredor, hacer todo género de preguntas para aventurarse de nuevo, sin esperar respuesta, hacia lo desconocido" 
(Fragmento de "Tres maestros" (Balzac, Dickens, Dostoyevski), por Stefan Zweig)

Sugestivo ¿no?

El propio escritor austriaco prologa (1920) la obra mencionada como sigue:
"No es por casualidad que reúno en un solo libro estos tres ensayos sobre Balzac, Dickens y Dostoyevski. Con un propósito común trato de mostrar a los tres grandes novelistas -y en mi opinión los únicos- del siglo XIX como prototipos que precisamente por el contraste de sus personalidades se complementan y quizás elevan a forma clara y distinta el concepto de novelista, es decir, de forjador de mundos épicos... Cada uno de estos artistas crea una ley de vida, un concepto de vida, con la plétora de sus figuras, y los destaca con tanta armonía que gracias a él el mundo adopta una nueva forma."

La editorial "El Acantilado" tiene publicada esta obra de Stefan ZWEIG: "Tres maestros: Balzac, Dickens, Dosyoyevski". 232 pags. PVP 16,00 €