martes, 25 de septiembre de 2012

RETALES DE TEXTO


“¿Os dais cuenta, amigo mío —prosiguió Derville después de una pausa—, que hay en nuestra sociedad tres hombres, el clérigo, el médico y el magistrado, que no pueden amar al mundo? Visten de negro quizá porque llevan luto de todas las virtudes, de todas las ilusiones. El más desgraciado de los tres es el abogado. Cuando el hombre va a visitar al clérigo, va impulsado por el arrepentimiento, por los remordimientos, por unas creencias que le hacen interesante, que lo engrandecen y que consuelan el espíritu del mediador, cuya labor no deja de estar acompañada de una especie de gozo. Pero nosotros, los abogados, vemos repetirse los mismos sentimientos perversos; nada los corrige. Nuestros despachos son cloacas que nosotros no podemos limpiar. ¡Cuántas cosas no habré aprendido en el ejercicio de mi profesión! ¡He visto morir a un padre en una buhardilla, sin un sueldo ni una malla, abandonado por sus dos hijas a quienes les había traspasado cuarenta mil libras de renta! He visto quemar testamentos; he visto madres despojando a sus hijos de todo; maridos robando a sus mujeres; mujeres matando a sus maridos, aprovechándose del amor que les han inspirado para volverlos locos o imbéciles a fin de vivir tranquilamente con un amante. No puedo deciros todo lo que he visto ya que he visto crímenes contra los que la justicia es impotente. En fin, todos los horrores que los novelistas creen inventar están siempre por debajo de la verdad. Ya conoceréis cosas bellas. Yo me voy a vivir al campo con mi mujer. París me produce horror.”

“EL CORONEL CHABERT”
H. de BALZAC

1 comentario:

  1. Esta novela no la conocía, pero el fragmento que has colgado ya lo dice todo (te lo copio para mi blog)

    ResponderEliminar