jueves, 7 de marzo de 2013
viernes, 1 de marzo de 2013
Decepción en el foro
Pido disculpas por comenzar con la corrosiva frase que
escribió un malvado: “Bienaventurados los que nada esperan… porque nunca
quedarán decepcionados”.
No pertenezco al grupo de los bienaventurados. Estoy pues,
decepcionada.
En principio, una no espera tropezarse con un rocín en un
foro de profesionales cuyo colectivo se titula de ilustre. Menos aún con dos. Y así pasa lo que pasa cuando los que
se encuentran son tal para cual. Fácil es decirlo ahora pero, se veía venir.
Habida cuenta de lo largamente exhibido por ambos personajes, se veía venir.
El paso por la Universidad no es garantía de nada. Una
licenciatura y el más selecto de los masters
ilustra y da lustre; convierte incluso a alguien con inteligencia natural normal
en brillante respecto a la materia de que se trate, pero ¡ay! ¡el pelo de la
dehesa!
Personajes deslenguados, de verbo ofensivo y habla
afrentosa. Discursos agresivos, mordaces o ambas cosas. Al final, lo
incisivo y lo agresivo frente a frente, huérfanos de la pátina que presta una
buena crianza que, al menos pule las formas cuando no ha podido atemperar en el
carácter los rasgos primarios.
De las descalificaciones, al insulto ¡Qué exhibición de
señorío!
Hay que decir en su favor que en el abuso de comentarios
molestos no se han andado con indeseables discriminaciones. Se ha repartido
leña a quienquiera que opinara diferente, al que disintiera y al que no aplaudiera.
Tras recibir yo, como otros foreros, un par de coces, la prudencia me aconsejó poner
distancia. Difícil porque la característica añadida, como no puede ser menos,
es que justamente se prodigan y se les halla en todas las
salsas. O sea, en todos los hilos.
Insultos. Un broche lamentable para cualquier debate.
De una combinación de ego mastodóntico, zafiedad y carencia
de límites, multiplicada por dos ¿qué cabía esperar?
viernes, 22 de febrero de 2013
MAL NEGOCIO
"MAL NEGOCIO", novela corta, ahora en e-Book.
Versión Kindle. Disponible en AMAZON.

Descarga: 2,68 €
Formato papel, bajo pedido.
ISBN 84-934425-6-9
Editorial Hijos del Hule, Barcelona
1ª ed. 2006
Para ver el Book-Trailer, hacer clic aquí.
Versión Kindle. Disponible en AMAZON.

Descarga: 2,68 €
SÍNTESIS:
Un joven pintor de espíritu despreocupado y bohemio perteneciente a una familia de clase media, acepta temporalmente y por motivos de mera supervivencia económica el empleo de asistente en el bufete de su tía, doña Mercedes Jiménez, persona introvertida y de talante conservador.
La irrupción de un nuevo cliente, Ernst Lang, un alemán de edad madura, cargado de deudas y con una problemática un tanto peculiar, alterará hasta un extremo insospechado el ritmo ordenado y metódico del despacho y la vida rutinaria de sus miembros.
Formato papel, bajo pedido.
Editorial Hijos del Hule, Barcelona
1ª ed. 2006
Para ver el Book-Trailer, hacer clic aquí.
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Torrent
lunes, 11 de febrero de 2013
PALABRA DE ESCRITOR
Quienes en cualquier materia creen saber más que el resto, ya han perdido toda posibilidad de aumentar sus conocimientos
sábado, 9 de febrero de 2013
PEDAZOS DE TEXTO
"Darse cuenta de los hechos no es propio de la infancia.
El niño percibía impresiones a través del aumento de su espanto, pero sin relacionarlas en su espíritu y sin sacar conclusiones. El iba no importa adónde ni cómo, corriendo con la angustia y la dificultad del sueño.
Después de casi tres horas de haber sido abandonado, su marcha hacia adelante, aunque fuese vaga, había cambiado de objeto; antes buscaba y ahora huía. Ya no tenía hambre ni frío sino miedo. Un instinto había reemplazado al otro. Escapar era en estos momentos su único pensamiento. ¿Escapar de qué? De todo. La vida se le aparecía por todas partes alrededor de él como una horrible muralla. Si hubiera podido evadirse del mundo, lo habría hecho.
Pero los niños desconocen por completo el escape de esa prisión, llamado suicidio.
Corría.
Corrió así un tiempo indefinido, pero el aliento se agota y el miedo también.
De pronto, como poseído de una energía e inteligencia repentinas, se paró, como si sintiese vergüenza de marcharse; se irguió, golpeó el suelo con el pie, levantó la cabeza resuelto, y miró hacia atrás.
Ya no había ni colina, ni horca, ni bandada de cuervos.
La niebla se había vuelto a apoderar del horizonte.
El niño prosiguió su camino. Ahora ya no corría; andaba.
Decir que el encuentro de un muerto le había hecho hombre, sería limitar la impresión múltiple y vaga que estaba sufriendo. Había en esta impresión mucho más y mucho menos. Aquella horca, gran confusión en este rudimento de comprensión que era su pensamiento, seguía siendo para el niño una aparición. Sólo el terror domado era una afirmación para él y le hacía sentirse más fuerte.
Si hubiese tenido edad para sondearse a sí mismo, habría hallado dentro de sí mil otros puntos de partida de meditación, pero la reflexión de los niños es informe, y lo más que sienten es el deje amargo de ese sentimiento oscuro para ellos y que más tarde el hombre denomina indignación.
Añádase que el niño tiene ese don de aceptar muy rápidamente el final de una sensación. Los contornos lejanos y fugitivos que constituyen la amplitud de las cosas dolorosas, se le escapan. Por su limitación, que es la debilidad, el niño se libra de las emociones demasiado completas. Ve el hecho y poco más. La dificultad de contentarse con ideas parciales no existe para él. El proceso de la vida se instruye más tarde, cuando llega la experiencia con sus legajos. Entonces se verifica la confrontación de grupos de hechos comprobados; la inteligencia, informada y aumentada, compara, los recursos de la infancia reaparecen bajo las pasiones como el palimpsesto bajo las raspaduras. Estos recuerdos son puntos de apoyo para la lógica, y lo que era una visión en el cerebro del niño se convierte en silogismo en el cerebro del hombre. Por otra parte la experiencia es diversa y toma buen o mal giro según las naturalezas. Las buenas maduran y las malas se pudren."
"El hombre que ríe". Fragmento.
Victor HUGO
El niño percibía impresiones a través del aumento de su espanto, pero sin relacionarlas en su espíritu y sin sacar conclusiones. El iba no importa adónde ni cómo, corriendo con la angustia y la dificultad del sueño.
Después de casi tres horas de haber sido abandonado, su marcha hacia adelante, aunque fuese vaga, había cambiado de objeto; antes buscaba y ahora huía. Ya no tenía hambre ni frío sino miedo. Un instinto había reemplazado al otro. Escapar era en estos momentos su único pensamiento. ¿Escapar de qué? De todo. La vida se le aparecía por todas partes alrededor de él como una horrible muralla. Si hubiera podido evadirse del mundo, lo habría hecho.
Pero los niños desconocen por completo el escape de esa prisión, llamado suicidio.
Corría.
Corrió así un tiempo indefinido, pero el aliento se agota y el miedo también.
De pronto, como poseído de una energía e inteligencia repentinas, se paró, como si sintiese vergüenza de marcharse; se irguió, golpeó el suelo con el pie, levantó la cabeza resuelto, y miró hacia atrás.
Ya no había ni colina, ni horca, ni bandada de cuervos.
La niebla se había vuelto a apoderar del horizonte.
El niño prosiguió su camino. Ahora ya no corría; andaba.
Decir que el encuentro de un muerto le había hecho hombre, sería limitar la impresión múltiple y vaga que estaba sufriendo. Había en esta impresión mucho más y mucho menos. Aquella horca, gran confusión en este rudimento de comprensión que era su pensamiento, seguía siendo para el niño una aparición. Sólo el terror domado era una afirmación para él y le hacía sentirse más fuerte.
Si hubiese tenido edad para sondearse a sí mismo, habría hallado dentro de sí mil otros puntos de partida de meditación, pero la reflexión de los niños es informe, y lo más que sienten es el deje amargo de ese sentimiento oscuro para ellos y que más tarde el hombre denomina indignación.
Añádase que el niño tiene ese don de aceptar muy rápidamente el final de una sensación. Los contornos lejanos y fugitivos que constituyen la amplitud de las cosas dolorosas, se le escapan. Por su limitación, que es la debilidad, el niño se libra de las emociones demasiado completas. Ve el hecho y poco más. La dificultad de contentarse con ideas parciales no existe para él. El proceso de la vida se instruye más tarde, cuando llega la experiencia con sus legajos. Entonces se verifica la confrontación de grupos de hechos comprobados; la inteligencia, informada y aumentada, compara, los recursos de la infancia reaparecen bajo las pasiones como el palimpsesto bajo las raspaduras. Estos recuerdos son puntos de apoyo para la lógica, y lo que era una visión en el cerebro del niño se convierte en silogismo en el cerebro del hombre. Por otra parte la experiencia es diversa y toma buen o mal giro según las naturalezas. Las buenas maduran y las malas se pudren."
"El hombre que ríe". Fragmento.
Victor HUGO
PALABRA DE ESCRITOR
"Una idea fija siempre parece una gran idea, no por ser grande, sino porque llena todo un cerebro".
Jacinto BENAVENTE
viernes, 1 de febrero de 2013
BARCELONA NEGRA
Hoy Barcelona se convierte, por diez días, en la ciudad del crimen por excelencia.
Aquí dejo el enlace del PROGRAMA y la recomendación de examinarlo porque uno u otro acto del festival puede coincidir con un particular interés o excitar una curiosidad concreta.
Para los no especialmente aficionados al género: vengan también, no se lo pierdan.
Paseen, fisguen, escuchen, observen. Vean y déjense ver.
Aunque solo sea por el placer de estar "à la page"... aunque solo sea por prestar a las jornadas ese "glamour" que tan bien marida con el crimen.
Allí nos vemos.
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