domingo, 8 de noviembre de 2015

DOCE HOMBRES SIN PIEDAD


Hace días quería hablar aquí de ello, pero no he tenido oportunidad hasta hoy.




La temática judicial me atrae y aunque a lo largo del tiempo la haya visto varias veces, me dejé caer en la tentación de visionar de nuevo “Doce hombres sin piedad” en la primera versión cinematográfica (1957), la de Sidney LUMET, con Henry Fonda como protagonista secundado por actores de talla; uno de ellos el siempre eficaz Lee J. Cobb, por citar uno.

Creo que la mayoría conoce el argumento. La historia trata de las deliberaciones de un jurado que tiene que llegar a un veredicto en un caso de homicidio. Al margen de las reflexiones que uno pueda hacer acerca de los pros y contras de la institución del jurado —tema no pacífico— resulta interesante también contemplar, encerradas en una sala, doce personalidades distintas enfrentándose.

Eso de “sin piedad” a mí eso me ha impresionado siempre. Doce hombres sin piedad. Sin piedad. Da un poco de miedo ¿verdad? A mí esos cambios en los títulos de las obras me espantan un poco también. En México dieron a este drama el título de “Doce hombres en pugna”. Bien, pues el título original de la obra es “12 Angry Men”; eso es otra cosa y ahí nos tenemos que centrar porque se ajusta a la realidad, como es natural. Felicidades a los mexicanos por estar más certeros y respetar mejor al autor: Reginald ROSE.

Reginald ROSE (1920 – 2002) fue un escritor norteamericano que trabajó fundamentalmente creando dramas para la televisión; dramas cuyas temáticas giraban alrededor de asuntos sociales o políticos controvertidos. Cuando escribió “12 Angry Men” —para la televisión bajo la rúbrica de la CBS—en 1954, ROSE tenía 34 años. Cuando recuerden o vuelvan a ver la cinta, sitúense: 1957 y 34 años. Notable, Reginald ROSE, en el diseño del perfil de los doce jurados.

Sigo. Escrita pues inicialmente para la televisión (1954), un año más tarde ROSE adaptó la obra para el teatro y dos años después la METRO rodó la película en la que él mismo, Reginald ROSE, se responsabilizó del guión. En su versión teatral, la obra se ha representado en Reino Unido, en los Estados Unidos por supuesto, en Francia, en México y en España.

En España, Televisión Española hizo dos versiones, una en 1961 y otra en 1973. Somos bastantes quienes echamos de menos el espacio “Estudio 1”, que enseñó a toda una generación a amar el teatro.

Versiones cinematográficas hay dos más: un remake de la METRO para la televisión (1997) y una versión “libre”, de 2007, urdida por Nikita MIJALKOV, actor y realizador ruso. Si alguien ha visto esta última, le invito a que nos obsequie con sus impresiones al respecto.

Regresemos al argumento. Mejor dicho, a los argumentos que, frente a cada uno de los demás jurados, esgrime el jurado número 8 (Henry FONDA) para sustentar su opción: “no culpable”.
Se da la circunstancia de que frente a dos planteamientos distintos parte de idéntico argumento y desgrana razonamientos que llevan a conclusiones iguales cuando deberían ser opuestas. Ignoro si esto, que parece incurrir en contradicción, lo escribió así el autor a propósito ¿Alguien para poner un poco de luz aquí?




Buceando en la red, me encontré con una página interesante a la que les propongo una visita a poco que gusten del cine: http://tomaprimera.es

Me ha gustado mucho la reseña que en ella se hace de “Doce hombres sin piedad”. Pinchen en este título para acceder directamente. Se lo recomiendo.






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