viernes, 16 de septiembre de 2011

PROPUESTA.s








Para aquellos que andan a vueltas con la cuestión poderes e individuo y que no la hayan leído, propongo "GRIEGO BUSCA GRIEGA" de Friedrich DÜRRENMATT.





Tusquets Editores, Barcelona.



Sinopsis:


Cuando el humilde contable Arnolph Arquiloco reunió en su particular odenación moral del mundo a todas las personalidades que él consideraba como contundentes modelos éticos (el presidente de la nación, el obispo de los neopresbiterianos primitivos, el jefe de la empresa en la que trabaja...), no podía ni imaginar el cambio radical que un anuncio en la prensa iba a provocar en su mediocre existencia. Y es que si el simple y escueto Griego busca griega insertado en la sección "contactos matrimoniales" iba a depararle una estupenda joven, de repente esta nueva relación iba también a abrirle las puertas de un mundo inalcanzable unas horas antes. Sorprendentemente ascendido a director general de las Industrias Petit-Payssan y poco después nombrado secretario mundial de la Iglesia neopresbiteriana primitiva, Arquíloco se codeará, a partir de este momento, con todos sus modelos éticos y pasará, sin saber muy bien cómo, a ser él mismo un pilar de la sociedad.

domingo, 11 de septiembre de 2011

OPINION.es


















Al hilo de la conversación sobre un tema ajeno a la literatura, un contertulio aportó la grabación de una entrevista que Joaquín Soler Serrano hizo a Josep Pla, próximo éste a cumplir los ochenta años: en 1976. Escuché los comentarios y opiniones que el periodista arrancó al escritor a lo largo de una hora, que no es ni una décima parte del tiempo que yo había invertido antes en escuchar lo que sobre Pla habían hablado terceros varios con el resultado de que ni simpatizara con Pla ni me interesara en demasía por su obra. Añado esto para que pueda verse cuán poco puedo presumir de inteligencia. En primer lugar, que una persona nos guste o no nos guste nada tiene que ver con las coincidencias o divergencias de filosofía y pensamiento que con ella se tengan; o así debería ser desde la madurez intelectual exigible a cualquiera una vez transcurrida la infancia. Pero lo que es signo de mayor y más solemne majadería es que nos guste o no nos guste por lo que de ella hayan opinado, incluso pontificado, otros. No voy a “redescubrir” a Pla, ni como personaje ni como autor. No a estas alturas y menos todavía desde mi óptica cuyo valor o utilidad es cero. Sólo recordar a los olvidadizos que a Pla-autor se le negó durante años el pan y la sal simplemente porque no era material apto para adoctrinar. Tenía ideas propias sobre todas las cosas y las exponía con una sinceridad brutal cuando a ello se le incitaba. Estuve muy atenta cuando se le invitó a expresar su personal opinión sobre otros autores contemporáneos y clásicos. Dada mi filia por Dostoievski, me resultó particularmente divertido, a la par que herético, el ademán de su mano rechazando al escritor ruso seguido de la frase “Es un degenerado”. Apenas un instante transcurrió entre su dictamen y mi carcajada; el tiempo necesario para comprender el porqué de tal afirmación de Josep Pla. Yo lo veo desde otro prisma: Dostoievski exhibió al desnudo algunos ejemplares de la especie humana y nos mostró la degeneración, que es cosa distinta e independiente de que él fuese o no un degenerado. Ha servido lo anterior para conducirme a una reflexión a propósito de un trabajo que tengo pendiente y cuya ejecución estoy demorando (quizá por instinto) en demasía: la lectura de un texto narrativo, de una novela, que un compañero de letras me envió para que le diera mi opinión y, de considerarlo oportuno, mis sugerencias. Voy a excusarme con este amigo; agradezco el honor dispensado pero rehúso hacer lo que me ha pedido. Pla o cualquier otro maestro pueden permitirse alguna que otra temeridad, yo no. A aquéllos se les puede perdonar, a mí no se me podría perdonar. Y con toda la razón del mundo.






11-S: 10 años





NI OLVIDO, NI PERDÓN